Melysa
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En el mar de mis pensamientos navegas, día, noche o en momentos inoportunos. Eres bienvenida, tienes la libertad de ser tú la conductora de mi amor.
Lo único que pido es que no te alejes, no dejes mis pensamientos, te deseo es evidente. Debo aclarar que no nos conocemos, más que las pocas veces que he visto tu tallado rostro dotado de belleza.
En las semanas que han pasado, varios de mis amigos me han animado a hablarte, me incitan a acercarme a ti y debelar mis sentimientos. Lo he pensado con cautela como pocas veces he procedido a este tipo de no actuar. En otras ocasiones sin vacilar me he acercado a aquellas que, para mí, representan un deseo.
El cumplir el deseo en ocasiones no es la satisfacción del mismo. Me he negado a cualquiera de estos actos, pero tienen una explicación. ¡No quiero dejar de desearte! Considero que si tenemos algún tipo de acercamiento es posible que la ilusión termine y que no se concluya de la forma que desearíamos ambos, si tu deseas lo mismo ¡claro! Tu belleza es tal que no me gustaría echar a perder esa ilusión como en ocasiones me ha pasado.
Brevemente te cuento como me ha sucedido. Ella era hermosa, las palabras me son insuficientes para describirla, estaba profundamente deseoso de acercarme. Lo hice, de alguna forma intercambiamos palabras, nos acercamos, pero sin darme cuenta en algún momento se perdió la fantasía, al tenerla cerca, aquel deseo profundo se había escapado. La seguía queriendo, pero la situación era difícil, los problemas se presentaron. Ella ya contaba con pareja lo cual me dejaba fuera de cualquier acercamiento. Retrocedí, pero nos llevamos bien un día, al otro por algún comentario o por falta de interés por parte de ambos, dejaba de sentir una atracción emocionante, así hasta que dejamos de hablarnos y nada más.
En otras ocasiones, era tan grande mi deseo, pero no hubo forma de acercarme, era incluso un auto sabotaje, no tenía el valor de buscarlas. Con el pasar de los años recuerdo a esas bellas damas, como bellas damas, que fueron parte de mis pensamientos, estuve de ellas enamorado, e incluso hasta mis días me parecen un deseo.
Es todo eso, es miedo, es cobardía, es algo que no quiero perder. Quiero cada día que pueda, desearte profundamente, pero no perderte en el acto o, mejor dicho, no perder el deseo en el acto. Sé que el dolor es parte de amar también, pero hoy no quiero eso, quiero amarte y la forma más cobarde de hacerlo es dejarte ir, sin dejarte ir de mis pensamientos y deseos.
No quiero saber nada de ti, solo quiero saber que no se nada y eso lo vuelve perfecto, la nada. La nada es nada, ni sufro ni me alegro. No quiero saber de tus comportamientos con otras personas, si eres amable o no, porque eso lo vuelve humano y causa dolor. Eres una fantasía de alguna manera, porque te acomodo a lo que me gustaría, pero quiero eso, que seas perfecta, porque te amo en mi fantasía, quiero amarte así.
Quiero que ames mi fantasía también, no quiero que se rompa la ilusión que tu tienen de mí. He visto tu coquetería, tus intentos de acercarte, tus insinuaciones, pero me reusó a caer en tu mirada, cobardemente huyo a tus ojos. No quiero que te enteres de lo que soy, de mis comportamientos, de mis malos chistes, de mis malas platicas. Imagina al príncipe en mí, no me busques en la realidad, no destruyas el sueño, vive solo por una vez en él. Pronto encontraras a una persona real y será ella la que realmente ames. Amaras su perfecta imperfección, amaras su mierda, pero a mí no, solo imagíname como lo más bello. Quiero que me ames así, a lo lejos, como el imposible. Soy un deseo y deseo seguir siendo un deseo por mucho tiempo y tú eres mi deseo y quiero que sigas siendo mi deseo.
Como la mayoría de fantasía ha de concluir en algún momento, como cuando un niño se entera que Santa Claus es un viejo actor gordo. Pero si es posible, quiero ser como la fantasía cristiana, durar hasta los últimos días en tus pensamientos, como el ser perfecto.
De lo contrario, quiero amar tus defectos, quiero amarte completo, lo bello y lo repudiable, tendré que ser un valiente que afronta la realidad, su asquerosa realidad y aun así la ama. Pero eso es algo que no sé, no tengo certeza.
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@Barri
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