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POST: OTRA HISTORIA DE CUERNOS EN SUCHI

@Lector Maldito

OTRA HISTORIA DE CUERNOS EN SUCHI

Hay en cada persona una historia divertida o entretenida que nos emociona o nos mata de risa, nos causan vergüenza ajena o simplemente decimos ¡qué buena historia! La mayoría de personas a mi alrededor son los actores de tan agraciados momentos.

Al asomarse la luna, el cielo oscurecido es la señal que da inicio a la celebración del año nuevo. Con antelación y minuciosamente se realizan los preparativos para la convivencia familiar. El anfitrión es un señor de pantalones flojos hechos de lona, un sombrero de vaquero y camisa de cuadros.

La familia de don Roge es bastante numerosa, por lo que debe de estar prevenido con grandes cantidades de cerveza, muchas cervezas, porque desde el punto de vista de don Roge, el año nuevo es una fecha digna de celebración y está bien como único día para embriagarse.

Los preciados invitados de don Roge son cinco hijos, ocho hijas, nueras, yernos y los descendientes de las parejas que se encuentran en matrimonio.

Por lo regular en la Costa Sur de Guatemala, específicamente en la Maquina Suchitepéquez, es común que los hombres sean los encargados de trabajar para llevar el sustento a la esposa y a los hijos. En muchas ocasiones, el día completo es dedicado al riguroso trabajo, dejando sin vida el tiempo preciso para cultivar el amor en las relaciones y dejando ciertos puntos débiles en la relación que son aprovechados por otros que sí cuentan con el tiempo suficiente para el cortejo de las damas, que faltas de amor y cariño acceden a ciertos actos que se consideran altamente traicioneros.

El día especifico de la celebración, el hijo menor de don Roge, llamado Julito, decide emprender el viaje rumbo al trabajo, teniendo una meta clara, traer a su hogar los bolsillos rebosantes de dinero y regalos para su señora esposa y sus dos hijos, por supuesto consentirse a si mismo.

Sin tardanzas mayores, inicia la celebración con la ausencia de Julito. Los demás familiares de don Roge ya se encuentran en el punto de reunión compartiendo unos con otros, tragos, música y en la boca de todos, la vida hasta del menos insignificante. La bebida empieza a surtir efecto en la mente de la esposa de Julito, que se ve muy afanosa en el celular. Brotan sonrisas cada vez que lee algún tipo de texto en el celular. De un momento a otro, sin dejar rastro alguno u señal, desaparece, dejando a los niños jugando con los primos. En ese momento nadie tiene pretensiones de enterarse del lugar hacia donde se dirige Lidia.

Pasadas unas horas, llega Julito muy feliz, alegre, con ansias de hacer entrega de bellos regalos para su esposa. Procede a buscar a Lidia en todos los rincones de la casa sin éxito alguno. Se empieza a notar la impaciencia en su rostro, el ceño se empieza a fruncir. Decide tomarse unas cervezas para relajarse.

Pasa el tiempo y no hay forma de saber dónde está Lidia. En la desesperación busca afanosa mente pistas que puedan indicar el paradero de su mujer. Así que decide preguntar quién fue la última persona que tuvo la oportunidad de ver a Lidia. No encuentra respuestas satisfactorias, nada de información. Busca consuelo con los más pequeños, era el único recurso de recolección de información que le quedaba.

Margarita de cinco años con la mayor sinceridad le indica que Lidia, estaba muy feliz, porque vería a su amigo con quien lleva rato interactuando por mensajería. Siendo así, la última vez que la vio, se encontraba recostada sobre una de las columnas de la casa con el celular en la mano y una cerveza en la otra.

Julio observa con cuidado el lugar indicado por Margarita, el único objeto que logra ver es la cerveza sin acabar a la mitad. Si se es cuidadoso dice Julito, significa que tuvo una salida repentina, esto debido a que nadie deja una cerveza a la mitad, a menos que sea una emergencia o un asunto que requiere atención inmediata.

Ahora Julito sabe que su esposa posiblemente se encontraría con una persona, no sabe hasta el momento que tipo de relación existe entre ambos, se niega a pensar en un amante, puesto que es un día muy especial para convivir en familia y él representa todo lo que más ama Lidia según el punto de vista de Julito. Se dice a sí mismo –No es posible, no creo, ¿por qué lo aria?, lo más probable es que una amiga decidió venir a visitarla.

El problema que ahora se presentaba era el lugar al cual Lidia acudió para encontrarse con la persona incógnita.

Julito muy apresurado se dirigió al sitio donde estaban los vehículos. Contando repetidamente los vehículos se percató que no hacían falta vehículos. Esto solo quiere decir que Lidia no fue muy lejos, debía de encontrarse en los alrededores del lugar donde ellos estaban. El sitio es muy amplio, en el centro se encuentra una casa no muy elegante, con paredes de madera, poca iluminación, el suelo que pisaban era de tierra. Utilizando la estrategia de descartar sitios, Julito empezaba a acercarse al lugar. Encontrándose con una idea bastante perturbadora, diciéndose a sí mismo que si Lidia tenía una relación de amistad, porque iría a un lugar lejano, el único lugar si no quería estar cerca de la casa era la tienda que se encontraba a uno 200 metros de distancia. En ese sitio había iluminación, muchas personas socializando.

Teniendo como premisa que su esposa tenía una relación de amistad con la persona incógnita, procedió a buscarla en la tienda, preguntando por su esposa a cada persona, solo el amigo dueño de la tienda indico que hace rato una moto paso frente a la tienda y se dirigió a la parte trasera de la casa donde estaba Julito.

Caminando lentamente y en una postura de reflexión, Julito buscaba encontrar una respuesta que no lo dañara. Puesto que el lugar que le indicaron, ya había recorrido el pensamiento de Julito. De ahí la reacción de la cabeza gacha y la trasformación de su cuerpo en una figura iracunda de enojo.

Julito llego a la conclusión de que el sitio, era la escena perfecta si una persona deseaba tener intimidad sin ser vista por nadie o levantar la mínima sospecha. El sito era un lugar muy alejado, oscuro, con espesos árboles que cubrían cualquier rastro visible de personas. En ese sitio solo se reuniría alguien que tiene algo que ocultar, como un amante. Esto le hirió profundamente a Julito, que empuñaba la mano con mucha ira, sus pasos eran lentos y tenía un semblante de un cuerpo agrandado y una respiración agitada.

Julito tenía el leve presentimiento de que encontraría a su esposa en este sitio, con alguien que era más que un amigo, esto lo dedujo después de visualizar una pieza de ropa interior que le había visto a su esposa en algún momento cuando hacían el amor, decidió avanzar y sin dar tres pasos encontró las bragas de su esposa sobrepuestos en una rama de árbol bastante pesada. decidió recoger dicha rama como herramienta en vista de lo que se veía venir.

Los dos hermanos mayores de Julito y una cuñada decidieron ir al sitio donde se dirigía, pues lo vieron pasar y dedujeron que algo muy malo sucedía debido a las expresiones tan enfurecidas de Julito.

Hacían el esfuerzo de llegar lo antes posible. De repente se percatan que Julito en una mano sostiene una braga y en la otra una rama del tamaño de un bate de baseball, se miraron mutuamente a los ojos con la típica expresión que afirma una suposición, apresuran el paso.

En un segundo toda la ensena cambia repentinamente, se escuchan fuertes golpes, gritos de mujer, la imagen que se visualiza no es clara debido a la oscuridad. Al fin llegan y observan a Julito con la cara reventada, chorreando borbollones de sangre, que salen del labio inferior y de la nariz. Lidia con lágrimas que descienden por la mejilla hasta el cuello. Nadie entiende lo que acaba de suceder.

A medio día del día siguiente, todos expectantes para ver que sucesos esperaban por parte de la pareja en cuestión. Con la boca abierta se encontraban todos cuando vieron a Julito y a Lidia besándose mutuamente, con una voz muy acaramelada por parte de Julito y risitas de complicidad de Lidia.

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