@Lector Maldito
Mis problemas dieron inicio en el kínder. Fue allí donde aprendí a amar la soledad de mi cuarto, a entretenerme a mí mismo, desde mi solitario hogar: donde no finjo una sonrisa, donde no debo hablar si no lo deseo o escuchar lo que no quiero, donde no debo reír de los chistes sin gracia, donde puedo estar sin ser indeseado, donde soy yo.
Es una carga muy pesada la sociedad, debes tener amigos te dicen, porque si no eres un solitario raro. En un futuro debes tener una familia, un trabajo, ir a la universidad, sonreír siempre, es la sentencia a muerte.
Cuando veo a las pequeñas criaturas entusiasmadas con sus pequeñas mochilas, peinado acomodado para cumplir las expectativas de la sociedad y sus lápices afinados, cuadernos y caminando en filas sonriendo felizmente, siento lastima, lastima de mí. ¡Pobre niño inocente! creí que era lo mejor que me podía pasar. Ese fue el error más grande.