@Lector Maldito
Nada fuera de lo usual era una compra de pan muy normal. allí estaba, poco seria, cara poco amigable ¡me esperaba! Para ella era otro cliente de una larga lista de compradores.
De inmediato su belleza me inundo de sorpresa la cabeza. Sus ojos rasgados y profundos me incendiaron el corazón, los latidos aumentaban, podía escuchar mi pecho. Ella, rojos labios, carnosos y redondos.
Nuestras miradas fugaces indicaban algo. Me indicaba algo su mirada de pocos segundos. Nos miramos sin mediar palabras ¡Es especial! ¡Se detiene el tiempo!
Ordeno a detalle y lentamente el tipo de pan que he de llevar. Pero me intriga la seriedad con la que atiende. No tengo nada en mente, más que continuar la compra. Pregunto por un el precio de un jamón, ella no sabe. De inmediato pregunta, pero su memoria esta siendo intervenida por otro asunto, olvida la respuesta. Frente a mí, se empieza a reír nerviosa, no sabe que responder, le devuelvo la sonrisa sin decir una palabra. Regresa a preguntar el precio.
Me entrega el pan, sin intención de molestar, accidentalmente, tomo su guante de bolsa y empiezo a jalonear, suponiendo que era la bolsa de pan, ella no me dice nada, solo ríe nerviosa. Me percato de lo que sucede, así que me rio nervioso y nos observamos, su madre estaba a un costado observando.
Cancelo, pero me deben de dar vuelto, así que espero. Su mente está en blanco, pero su rostro empieza a teñirse ligeramente de rojo ¡me encanta! En su imposibilidad de realizar la operación matemática, mientras observo fijamente cada movimiento, su madre interviene y le indica la cantidad, brotan risas. Al momento de entregarme el vuelto, se le caen las fichas de la mano. Observo a su madre y ella a mí, ¡sonreímos! Estira el brazo lo más que puede para darme el cambio y al mismo tiempo se esconde detrás del mostrador sin poder resistir la risa y la pena de semejante escena ¡momento de novela! tampoco puedo resistir y rio enérgicamente.
Me despido, solo escucho la risa a mis espaldas, yo sonrió. Me subo al auto, llego a mi casa, alegre, recordando cada detalle. Fue lo único lindo que me había pasado en una semana de angustias. ¡que linda cosa! Con poco se me puede hacen feliz o infeliz.
