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BELLA,
como en la piedra fresca
del manantial, el agua
abre un ancho relĂĄmpago de espuma,
asĂ es la sonrisa en tu rostro,
bella.
Bella,
de finas manos y delgados pies
como un caballito de plata,
andando, flor del mundo,
asĂ te veo,
bella.
Bella,
con un nido de cobre enmarañado
en tu cabeza, un nido
color de miel sombrĂa
donde mi corazĂłn arde y reposa,
bella.
Bella,
no te caben los ojos en la cara,
no te caben los ojos en la tierra.
Hay paĂses, hay rĂos
en tus ojos,
mi patria estĂĄ en tus ojos,
yo camino por ellos,
ellos dan luz al mundo
por donde yo camino,
bella.
Bella,
tus senos son como dos panes hechos
de tierra cereal y luna de oro,
bella.
Bella,
tu cintura
la hizo mi brazo como un rĂo cuando
pasó mil años por tu dulce cuerpo,
bella.
Bella,
no hay nada como tus caderas,
tal vez la tierra tiene
en algĂșn sitio oculto
la curva y el aroma de tu cuerpo,
tal vez en algĂșn sitio,
bella.
Bella, mi bella,
tu voz, tu piel, tus uñas
bella, mi bella,
tu ser, tu luz, tu sombra,
bella,
todo eso es mĂo, bella,
todo eso es mĂo, mĂa,
cuando andas o reposas,
cuando cantas o duermes,
cuando sufres o sueñas,
siempre,
cuando estĂĄs cerca o lejos,
siempre,
eres mĂa, mi bella,
siempre.